(...)Después del largo camino llegué a las puertas de la cueva donde residía el conocido como "el hombre sabio".
Cuando lo vi, vi en el un hombre más, un hombre sencillo, sin nada especial, era delgado, con huellas del paso de tiempo en su rostro y en su cuerpo. Lucía una larga melena blanca y una barba de meses a juego. No parecía un hombre feliz.
Entonces me dijo:-Has venido a mi con una pregunta, hazla.-
Lo mire a los ojos, unos ojos que parecía cansados por los años, y me decidí a preguntar:
-¿Cuál es la diferencia entre sobrevivir y vivir?
El sabio pareció sorprenderse:-Supongo que no te refieres a pasar hambre, frío o sueño.-
Asentí con la cabeza.
-Hijo mio, he sobrevivido muchos años, y me arrepiento de no haber vivido más- Su respuesta me dejó algo contrariado, con lo que insistí:- Entonces... ¿Cuál es la diferencia?-.
El sabio esbozo una leve sonrisa y por fin respondió: -Sobrevivir es sencillo, solo necesitas comer, beber y dormir lo suficiente para no morir, puedes pasarte años así pero... vivir, vivir es amar, es sentir, es oler las flores del campo, es correr desnudo por la playa, es sentir la hierva bajo los pies, es oír los pájaros del campo, vivir es sentir, vivir es amar, amar y ser amado, eso es vivir, vivir de verdad, vivir una vida que merezca la pena vivir.-
Dicho esto el hombre sabio hizo una mueca de dolor, vi una lágrima correr por su rostro, y se desvaneció en el viento, repitiendo una última frase: "Vivir es amar, vivir es sentir".
(...)
