martes, 14 de febrero de 2017

Hoy.

Hoy querría decirte tantas cosas…
Pero no puedo, a veces sobran las palabras,
A veces faltan, para mostrar lo que siento.
Y es que ha cambiado tanto mi forma de entender la vida,
Me has cambiado tanto,
Hemos crecido tanto…

Ya no entiendo el amor como un nudo,
Como algo fijo, y concreto,
Ahora sé que nuestro amor, cambia,
Evoluciona, crece, fluye y florece.
Nuestro amor es elegirnos,
Como aquel 14,
Elegirnos cada mañana,
Elegirnos en cada momento.
Que nada te obligue a elegirme,
Que nada jamás lo haga.
Que pase lo que pase,
estemos juntos porque queramos estar juntos.
Nos amemos como dos locos,
Como dos niños pequeños,
Y que nuestra música, sea el compás del tiempo.

Que no queden las palabras, que no queden los regalos,
Que no se marchite lo que el tiempo nos ha dado.

Hoy no puedo quedarme en un te amo, o en un te quiero.
Hoy no quiero decirte que soy tuyo y eres mía.
Hoy quiero decirte, que luchare para que me ames cada día,
Que eres una flor en el mundo, que no eres mía.
Que, si estamos juntos, sea en nuestra libertad,
En la libertad de querernos.
En la libertad de amarnos.
En la libertad de no separarnos.
En la libertad de vivir nuestra vida,
Como dos locos enamorados.

Por mucho que pase el tiempo.

Hoy amor mío, quiero decirte tantas cosas.
Pero lo importante es el sentimiento.

TE AMO. FELICES 2 AÑOS MI SUEÑO. 

lunes, 13 de febrero de 2017

Ella.

Notaba mi piel más suave, me notaba más viva. 
Sonreí, ampliamente, tanto que hasta me entraron ganas de llorar. 
Sabía que desde aquél instante el curso de las cosas iba a tomar otro rumbo.
Dejé que mis dedos se hundieran en su pelo, acariciando cada mechón hasta las puntas, jugando con cada uno de sus enredos, pasando mi dedo índice por sus facciones, siguiendo las líneas que dibujaban su rostro perfecto, la forma de sus labios y contando cada una de sus pecas. 

Esas que tanto me fascinaban. 
Estaba preciosa.
Dormía plácidamente. 
Tenía una mano encima de mi tripa, 
su respiración me acariciaba el rostro,
seguro que al más mínimo movimiento se despertaría y me miraría. 
Y sonreiría. 
Como siempre.

Si algo sabía, era que estaba totalmente segura de que quería despertarme de esa forma todos y cada uno de los días del resto de mi vida.


Eva Gel Cot.